Curadores

El presente escrito tiene como objetivo iniciar un acercamiento al concepto de curador, rol de creciente importancia en el contexto del arte contemporáno argentino.

La elección de este tema nace de la necesidad de aportar material a los alumnos que cursan la cátedra Taller de Pintura I, ya que ellos asumen el desafio de realizar una muestra al finalizar el año para aprobar la materia. Esta experiencia resulta particularmente enriquecedora para ellos, ya que los lleva a encontrarse, por primera vez, a cara a cara con los problemas que implica la exhibición de sus producciones; lejos de dividir la forma productiva entre realización de la obra y luego de una exhibición, se establece una relación dialéctica, donde cada una de las instancias aporta al pensamiento de la otra induciendo a un nivel mayor de compromiso y madurez de las propias realizaciones.

El rol de curador se ha instaldo con fuerza en el arte contemporáneo, por lo que es imprescindible que los alumnos tengan acceso a las discusiones en torno a esta nueva estructuración del campo. Este trabajo no intenta argumentar la necesidad ni la prescindibilidad de tal rol, sino de ofrecer las herramientas básicas para reflexionar en torno a esta problemática. Posiblemente, pensar el lugar del curador, sirva para reflexionar sobre las propias prácticas y decisiones a las que se enfrentan los productores a la hora de buscar inserción en el campo.


Primeros conceptos

El nacimiento del término curador está asociado a la emergencia de los primeros proyectos museísticos en Europa en el siglo XVIII, el rol que este personaje ocupaba estaba ligado al cuidado, estudio, exhibición y preservación de las colecciones a su cargo.

Tradicionalmente los espacios de exhibición optaban por una exposición cronológica de los objetos artísticos, científicos, históricos. El primer indicio de una ruptura en este ordenamiento del discurso de las exhibiciones lo podemos encontrar en la exposición del historiador y curador suizo Harald Szeemann, que en 1969 inaugura la muestra “Cuando las actitudes devienen en formas” con la intención de probar una tesis y no de seguir una cronología. Esta forma de entender la práctica curatorial, dónde el objetivo es demostrar antes que mostrar sigue siendo una de las corrientes predominante de pensamiento entre los curadores de arte contemporáneo.

Es a partir de la década del 80 del siglo pasado cuando los curadores modifican de su rol -casi administrativo- dentro de las instituciones. Existen diversos motivos para que este rol, que existe desde hace 300 años en el campo de las artes, comience a tener una importancia cada vez mayor, al punto de que probablemente hoy sea el principal agente legitimador de las prácticas y actores del arte, desplazando de ese lugar a la crítica, que hasta ese momento ostentaba esa potestad. Los factores que impulsan esta restructuración del campo se pueden divir dos grupos: factores socioeconómicos y en los modos de hacer.

Transmutaciones en el mercado del arte por el capital finaciero, inmobiliario, consumo suntuario, operaciones geopolíticas (...), el rol de las artes en la nueva industria cultural de las clases medias y altas ilustradas. El consecuente crecimiento en volumen y complejidad de la actividad del campo, en escala global. Cambio en las instancias de decisión y financiación del arte contemporáneo que requiere fundamentación del gasto. Transformaciones en la organización y comunicación del campo con la globalización del arte contemporáneo por medio de residencias, bienales, etc. Resonancia y estatuto del arte dentro del campo intelectual más vasto.
La experimentación con medios y materiales diversos como práctica dominante. El ocaso de la tekhné y el privilegio del proceso intelectual por sobre el manual. El peso académico de las teorías de “la muerte del autor”. Las transformaciones en la exhibición (tendencias al espectáculo, mega eventos, pedagogía y dimensión cognoscitiva, intervención política).1

Estos factores implican un aumento en la complejidad de la circulación de bienes y saberes en el campo del arte, por lo que el curador se instala como mediador en la organización y estructuración del sistema cultural.

Este rol de mediador conlleva la centralización de una serie de acitvidades y funciones que previamente estaban distribuidas entre distintos actores, o que no tenían el lugar de importancia que acupan actualmenten en la relación entre obra y público. El curador emerge allí como mediador y posibilitador de la circulación de bienes culturales cada vez más complejos que proponen las prácticas contemporáneas.

Concretamente, las tareas que concentra el curador son: investigación de las obras; selección de las mismas: construcción de un discurso o guión curatorial que sirva de eje de lo que se expone; interacción entre los artistas, instituciones y sponsors; establecimiento de los lineamientos para diseño del montaje de la exposición, las piezas de comunicación (catálogo, libros, estrategias de prensa).
Estas tareas lo ubican como eje de una serie de artefactos institucionales y de las actividades del campo, por lo que se convierte en la figura de más peso a la hora de definir legitimaciones.


Discusiones en el espacio nacional

En el caso de nuestro país, la práctica curatorial encuentra su primera formulación notable y durarera en el caso del Centro Cultural Rojas depenediente de la Universidad de Buenos Aires. El motor de esta experiencia fue el artista y curador Gumier Maier, que desde fines de los 80 y parte de los 90, se erigió como el curador más significativo de la época. Además de su labor en la galería del Rojas, Gumier Maier llevó a delante el proyecto, devenido en libro, Curadores en donde se entrevista a 32 curadores argentinos contemporáneos.2

Podemos establecer, a grandes rasgos, tres posiciones diferenciadas entre los curadores argentinos: los curadores-artistas, se caracterizan por trabajar intuititvamente, definiendo sus elecciones por empatía estética y conceptual, y probablemente sus propuestas curatoriales sean más crípticas y dejen en segundo término las acciones pedagógicas y comunicacionales (ejemplo de esto es Gumier Maier que se declara abiertamente “no discursivo”), en este caso la legitimación es otorgada entre pares; los curadores-académicos, hablan de la necesidad de profecionalización de la disciplina y trabajan principalmente desde tesis o conceptos fuertes a través de los cuales construyen las exhibiciones: “(...) la curaduría no es arte, si bien se juega en la misma un ojo que puede generar posibilidad y que de hecho tiene repercusiones visuales en el ámbito de la exposición. No es una ciencia, si bien debería existir un rigor comparable con el científico en la base de toda exposición desarrollada responsablemente - que de hecho puede pensarse como un proceso de elaboraciones de hipótesis y tesis-que requiere de argumentaciones claras y rigurosas respecto de lo que se expone y porqué-y de un rigor expuesto tanto en la etapa, digamos, de soporte de ideas como en la etapa de montaje, que es lo que en definitiva enaltece la exposición, y lo que la gente va a ver.”3; y los curadores-institucionales insertos en los museos como curadores generales o “curadores de curadores”, que establecen las directrices generales de las instituciones culturales.

Georgina Ricci

Notas

1 Krochmalny, S. “Genealogía del curador como intermediario cultural en el campo artístico argentino”. Ramona, Buenos Aires, mayo de 2008.
2 Maier, G. Curadores. Entrevistas. Buenos Aires: Centro Cultural Rojas, 2005. 400 p.
3 Noorthoorn ,V. Curaduría en las artes plásticas: ¿arte, ciencia, o política? Pensando en voz alta [en línea]. El basilisco, 2002. Disponible en internet: http://www.elbasilisco.com/aftransseis1.htm


Bibliografía

“Diario de una deriva (VI). Oliver Debroise”. Ramona. Buenos Aires, junio de 2008.

“Qué y quiénes son los curadores”. Página/12. Espectáculos. Buenos Aires, noviembre 2005.

Arteaga, A. “El curador y su nuevo papel”. La Nación. Suplemento de Cultura. Buenos Aires, 18 de enero 2005.

Casanegra, M.; Duprat, A.; Pacheco M.; Noorthoorn ,V. Curaduría en las artes plásticas: ¿arte, ciencia, o política? [en línea] Pensando en voz alta, El basilisco, 2002 [citada el 16 de septiembre]. Disponible en internet: http://www.elbasilisco.com/aftransseis1.htm

Casanova, L. “Los curadores de arte ganan espacio”. La Nación. Suplemento de Cultura. Buenos Aires, 9 de diciembre 2007,

Maier, G. Curadores. Entrevistas. Buenos Aires: Centro Cultural Rojas, 2005. 400 p.

Martinez Quijano, A. “Bienal sin obra de arte”. Ramona. Buenos Aires, marzo de 2008.

Krochmalny, S. “Genealogía del curador como intermediario cultural en el campo artístico argentino”. Ramona. Buenos Aires, mayo de 2008.


Suazo, F. Curaduría, fin de la historia y muerte de la crítica [en línea] Plataformas de arte contemporáneo. 2007 [citada el 16 de septiembre]. Disponible en internet: http://www.plataformadearte.com/Coloquio/FelixSuazo.htm

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